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Neutralidad: Este principio nos permite ofrecer atención imparcial, libre de juicios o influencias externas, asegurando que cada persona reciba un trato equitativo y respetuoso, independientemente de su origen, creencias o circunstancias. La neutralidad fortalece la confianza en nuestra organización, posicionándola como un espacio seguro para todos. Profesionalidad: La profesionalidad asegura que nuestras intervenciones sean realizadas con altos estándares éticos y técnicos. Este compromiso nos impulsa a brindar servicios basados en evidencia, ejecutados por un equipo calificado, y a mantener una actitud responsable, empática y ética en todas nuestras interacciones. Transparencia: Actuar con transparencia fomenta relaciones honestas y de confianza con nuestros beneficiarios, aliados y la comunidad. Este principio implica claridad en nuestros procesos, objetivos y resultados, lo que refuerza la credibilidad y el compromiso con la rendición de cuentas. No discriminación: Este valor es esencial para garantizar que todos los usuarios, sin importar su género, raza, orientación sexual, religión o estatus migratorio, reciban un trato igualitario. Promovemos la diversidad, la inclusión y el respeto, asegurando que nuestros servicios sean accesibles y significativos para todos. Adherirnos a estos principios no solo refleja nuestra ética institucional, sino que también asegura que cada intervención contribuya al bienestar integral, a la equidad y a la construcción de una sociedad más justa y solidaria
